El nuevo aeropuerto Jorge Chávez, inaugurado recientemente en Lima, enfrenta sus primeros días con serios contratiempos. Una falla en el sistema de distribución de combustible provocó la cancelación de más de 20 vuelos y generó retrasos significativos en varias rutas nacionales, afectando a cientos de pasajeros.

De acuerdo con Lima Airport Partners (LAP), empresa concesionaria del aeropuerto, el problema no se debió a la falta de combustible, sino a deficiencias técnicas en los equipos encargados del abastecimiento a las aeronaves. Este inconveniente fue resuelto en la madrugada del 3 de junio, restableciendo la operación normal en el suministro.
La situación ha generado una ola de críticas. La Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI) cuestionó la falta de preparación del nuevo terminal para operar con vuelos simultáneos. A raíz de los hechos, OSITRAN, el organismo supervisor de transporte, ha iniciado una investigación para identificar responsabilidades en esta falla operativa.
Los problemas no se limitaron al combustible. Pasajeros reportaron largas colas, cambios constantes en las puertas de embarque, demoras en la entrega de equipaje y quejas por altas tarifas en los taxis autorizados. Además, el acceso al nuevo terminal se ha visto complicado por la congestión vehicular en la avenida Morales Duárez, lo que ha incrementado el malestar entre los viajeros.
Aunque el abastecimiento de combustible en el aeropuerto Jorge Chávez ya ha sido normalizado, persisten los cuestionamientos sobre la viabilidad operativa del nuevo terminal aéreo. Tanto LAP como las autoridades del sector aseguran que seguirán trabajando para solucionar los pendientes y garantizar una mejor experiencia para los usuarios.
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