Desde hace unas semanas, ha comenzado a salir a la luz un escándalo que no solo pone en duda la transparencia del sistema electoral en Perú, sino que también ha causado una gran indignación entre los ciudadanos. Se trata de la falsificación masiva de firmas por parte de varios partidos políticos que buscaban inscribirse para participar en las elecciones generales de 2026.
Según diversas investigaciones periodísticas y datos del Reniec, al menos 32 partidos políticos habrían presentado registros con firmas que no eran válidas o que, en muchos casos, ni siquiera habían sido autorizadas por los propios ciudadanos.


Uno de los partidos más mencionados en este caso es Primero La Gente, liderado por Marisol Pérez Tello. Se reveló que presentaron más de 4 mil firmas falsas. Incluso, un reportaje televisivo expuso que existía una “fábrica de firmas” donde se pagaba por llenar fichas fraudulentas.
Además, otros partidos como Perú Primero (de Martín Vizcarra) y Voces del Pueblo también han sido señalados. Hasta el momento, el Ministerio Público ya ha iniciado investigaciones preliminares por presuntos delitos de falsificación de documentos, fraude y uso indebido de datos personales.
Este escándalo no solo evidencia una profunda crisis ética dentro de la política peruana, sino que también nos deja con una sensación de vulnerabilidad respecto a cómo se manejan nuestros datos.
Ante esta situación, el Congreso ha propuesto un proyecto de ley que permitiría al JNE anular la inscripción de partidos que hayan cometido estas irregularidades. Es un paso necesario, pero claramente no suficiente.

Este no debería ser solo un titular pasajero. Nos toca a nosotros especialmente la generación que recién está ingresando al ámbito electoral alzar la voz, exigir transparencia y reclamar un sistema político donde la ética no sea opcional.
¿Te ha pasado algo similar? ¿Has revisado si estás afiliado a algún partido sin saberlo? Puedes hacerlo en la web del JNE o el Reniec. Si encuentras algo sospechoso, denúncialo.
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