Generación Z y la crisis de salud mental en Perú.
Jóvenes de la Generación Z en Perú hablan abiertamente sobre salud mental y demandan más acceso a atención psicológica.
Según un estudio del Ministerio de Salud (MINSA), más de 1.2 millones de peruanos fueron atendidos en Centros de Salud Mental Comunitarios durante el 2024. De este total, el 40% eran jóvenes entre 15 a 29 años; sin embargo, el sistema enfrenta desafíos; por ejemplo, regiones con un solo centro operativo para diversos ciudadanos, lo que muestra una desigualdad en la atención.
Una generación más abierta, pero más vulnerable.
Las redes sociales han cambiado la forma en que los jóvenes se relacionan con sus emociones y manera de comportarse. Plataformas como TikTok o Instagram se han convertido en espacios donde se normaliza hablar de ansiedad, depresión o burnout. Sin embargo, esto puede intensificar la comparación, el miedo, estrés y ansiedad.
Según un estudio sobre la salud mental, realizado por la Pontifica Universidad Católica del Perú (2023), los niveles de ansiedad, depresión y estrés en estudiantes universitarios se encuentran en nivel preocupantes, especialmente en mujeres.

Fuente: Pontificia Universidad Católica del Perú – Estudio de Salud Mental 2023
Adriana Villacorta, psicóloga especializada en jóvenes, nos comenta que acontecimiento presenta dos aspectos importantes:
“Por un lado, es positivo que los chicos expresen lo que sienten y busquen ayuda profesional sin miedo; sin embargo, las redes crean estándares imposibles de bienestar, donde parecer estable se vuelve una nueva exigencia”, comenta Villacorta.
Para ella, el reto se encuentra en educar a los adolescentes y universitarios a identificar cuándo su malestar emocional requiere atención clínica genuina, más allá de la motivación.
La atención que todavía no alcanza.
A pesar de los avances que se evidencia, luego de la aprobación de la Ley de Salud Mental en el Perú, muchos jóvenes siguen enfrentando dificultades para acceder a terapia. Actualmente, una consulta con un profesional puede costar entre 800 a 200 soles; mientras que, las sesiones públicas tienen largas listas de espera.
Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, señala que el Perú destina menos del 2% de su gasto público a la salud mental, una cantidad significativamente menor que otros países, como Chile o Colombia. Esto da como resultado a una minoría de psicólogos, instituciones sobrecargadas y una escasa atención preventiva y educativa en colegios y universidades.
Nuevas formas de pedir ayuda.
Frente a estas problemáticas, los jóvenes en Perú están optando por soluciones digitales; por ejemplo, aplicaciones de terapia virtual y perfiles de psicólogos han aumentado su participación, brindando apoyo más accesible y personalizado.
La psicóloga, Adriana Villacorta, considera que este cambio refleja una generación más activa en su auto cuidado:
“Ellos no esperan a tocar fondo. Buscan respuestas, leen, preguntan, y eso demuestra que la salud mental ya no es un lujo, sino una necesidad”, afirma.
Un cambio cultural en marcha
Hablar de ansiedad, depresión o autoestima ya no es motivo de vergüenza. La Generación Z está transformando la conversación sobre bienestar emocional y exigiendo políticas públicas más efectivas. Aunque todavía queda mucho por hacer, estos jóvenes están marcando el inicio de un cambio necesario: un espacio donde cuidar la mente sea tan importante como cuidar el cuerpo.
